
La esterilización o castración, es un procedimiento que se realiza rutinariamente en medicina veterinaria y que consiste en la extirpación de los órganos reproductivos, ya sean machos o hembras.
Esto no solo contribuye al control de la población, sino que también ofrece importantes beneficios para la salud y el comportamiento de las mascotas. Aunque no es una solución para los problemas de conducta, puede reducir comportamientos asociados a las hormonas sexuales.
Uno de los principales beneficios es la prevención de enfermedades y mejorar la calidad de vida de las mascotas. En hembras, elimina el celo y reduce significativamente el riesgo de infecciones uterinas como la piómetra, la hiperplasia endometrial quística y la posibilidad de neoplasias tanto del sistema reproductivo como de tumores de mama. En machos, la castración disminuye la tendencia a montar, marcaje con orina o agresividad en algunos casos, además previene problemas como neoplasia testicular y reduce el riesgo de padecer hiperplasia prostática benigna y quistes prostáticos.
La edad óptima para esterilizar a los gatos es entre los 5 y 8 meses de edad, y con respecto a los perros no hay un consenso claro sobre cuándo es mejor momento para realizar la intervención, aunque esto puede variar según la raza, el estado de salud del animal y otros factores. En el caso de las hembras se suele recomendar antes del primer celo o entre el primer y segundo celo. En animales adultos también es posible, es importante evaluar el riesgo quirúrgico y la presencia de posibles patologías concomitantes.
Las opciones no quirúrgicas para la esterilización existen, aunque son poco frecuentes y su efectividad, duración o disponibilidad pueden variar en función del país y del animal que se vaya a tratar. Se encuentran la esterilización química con inyección intratesticular o implantes subcutáneos y las vacunas inmunocontraceptivas.
Las quirúrgicas son las más comunes y recomendadas por los veterinarios. Entre ellas podemos encontrar:
Estos procedimientos requieren anestesia general por lo que se realiza un examen prequirúrgico para asegurarnos de que el paciente goza de buena salud. La recuperación postquirúrgica por lo general es buena y rápida.
En resumen, la esterilización es una decisión ética, preventiva, médica y socialmente responsable. Consultar con un veterinario de confianza es el primer paso para evaluar cuál es el mejor momento y procedimiento para cada mascota.