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¿Cómo actuar si mi perro/gato sufre una quemadura?

24 de Noviembre de 2025
quemadura en perros

Las quemaduras en perros y gatos pueden producirse por múltiples mecanismos, tales como: quemaduras térmicas por el contacto con superficies o líquidos calientes, por asfalto o fuego, productos químicos, eléctricas, por congelación o incluso por exposición prolongada al sol.

Las quemaduras representan una urgencia veterinaria que requiere un manejo rápido y eficaz con el objetivo de minimizar complicaciones y así acelerar el proceso de curación.

La gravedad del caso dependerá en mayor medida de la profundidad de la lesión, el área del cuerpo afectada, el agente causal y el tiempo de exposición al mismo.

Tipos de quemaduras en perros y gatos

En función de la profundidad de las lesiones podremos clasificar las quemaduras en tres grados:

  • Quemaduras de primer grado: aquellas que afectan únicamente a la capa superficial de la piel (epidermis). Suelen producirse secundario a la radiación solar en pacientes de capa blanca o en áreas desprovistas de pelo. A pesar de ser el grado más leve son quemaduras dolorosas y suelen observarse como lesiones eritematosas con leve inflamación asociada.
  • Quemaduras de segundo grado: aquellas que afectan el estrato dérmico. Son quemaduras dolorosas y suelen observarse ampollas y mayor reacción inflamatoria.
  • Quemaduras de tercer grado: son aquellas que implican la destrucción del espesor total de la piel. Los pacientes con estas quemaduras no mostrarán dolor en la lesión pues las terminaciones nerviosas se ven afectadas. Se observará una escara de color blanquecino.

Pasos a realizar cuando hay una quemadura en un perro o gato

¿Qué podemos hacer en casa antes de acudir al veterinario? Ante una quemadura es importante mantener la calma y actuar rápidamente a la espera de acudir a tu centro veterinario habitual.

  • Debemos asegurarnos de que el paciente esté fuera de peligro y retirar de inmediato la fuente de la quemadura.
  • Es aconsejable aplicar agua o suero frío durante aproximadamente 20 minutos. Esta acción disminuirá la dispersión del calor, retirará agentes químicos y tendrá un efecto analgésico. Es importante tener en cuenta que el agua no debe estar muy fría ni debemos aplicar hielo, pues esto podría empeorar la lesión y aumentar el dolor del paciente.
  • Si la lesión es muy extensa se aconseja colocar unas gasas estériles húmedas sobre la misma para protegerla del ambiente y mantener la zona humedecida en todo momento.

En ningún caso debemos aplicar remedios caseros ni pomadas sin indicación veterinaria pues podría empeorar y dificultar el diagnóstico de la lesión. Además, debemos evitar que el paciente pueda lamerse, rascarse o frotarse las quemaduras puesto que aumentaría el riesgo de infección y retrasaría el proceso de curación.

Tras una primera atención del paciente en casa se recomienda siempre acudir a su centro veterinario habitual. Aunque las lesiones aparenten ser superficiales pueden producirse complicaciones o incluso pueden existir lesiones internas (lesión en vías aéreas o lesión en órganos internos) que requieran de una atención profesional inmediata. Actuar con rapidez y responsabilidad puede marcar la diferencia en la recuperación del paciente.