+34 911268885 +34 911268885
Hospital Veterinario con urgencias 24 horas
Hospital Veterinario con urgencias 24 horas
24152

¿Qué estás buscando?

Ej: Grado en medicina, admisiones, becas...

Rehabilitación en perros: guía técnica para tutores responsables

8 de Agosto de 2025
rehabilitación perros (sala de ejercicios)

Ejercicio con tu perro: guía técnica para tutores responsables

La actividad física conjunta entre humano y perro no solo fortalece el vínculo afectivo, sino que también mejora la salud física y mental de ambos. Sin embargo, antes de comenzar una rutina de ejercicio con tu perro, es imprescindible conocer sus necesidades fisiológicas, limitaciones individuales y pautas de entrenamiento adecuadas. Este artículo ofrece un enfoque técnico y preciso para tutores que deseen integrar el ejercicio en la vida cotidiana de su perro de manera segura y efectiva.

Evaluación inicial: salud y aptitud física

Antes de implementar cualquier programa de ejercicio, se debe realizar una evaluación veterinaria completa. Esta debe incluir:

  • Chequeo ortopédico.
  • Chequeo cardíaco.
  • Chequeo metabólico.

Especialmente en perros geriátricos, braquicéfalos o con antecedentes de displasia, luxación patelar u obesidad. También es crucial considerar la raza, edad y temperamento. Por ejemplo, un Border Collie tiene requerimientos y tolerancia al ejercicio significativamente distintos a los de un Bulldog Inglés. Los perros jóvenes aún en desarrollo (menores de 12-18 meses, dependiendo del tamaño) no deben realizar ejercicios de alto impacto para evitar lesiones en placas de crecimiento.

Aplicación del principio FITT-VP en perros

Para estructurar un programa de ejercicio eficaz y seguro, puede emplearse el principio FITT-VP (por sus siglas en inglés): frecuencia, intensidad, tiempo, tipo, volumen y progresión (Lee et al., 2020):

  • Frecuencia: establecer sesiones regulares, idealmente diarias, ajustadas a la capacidad del perro.
  • Intensidad: debe modificarse según la edad, el estado de salud y la condición física del perro.
  • Tiempo: las sesiones pueden durar entre 30 minutos y 2 horas, dependiendo del nivel de entrenamiento.
  • Tipo: variar entre caminatas, carrera, entrenamiento de agilidad o juegos como buscar objetos.
  • Volumen: controlar el total de actividad semanal para evitar sobrecarga física.
  • Progresión: aumentar gradualmente la duración y dificultad a medida que mejora la resistencia.

Canine sports y estimulación integral

Incorporar deportes caninos no solo mejora la forma física, sino también la estimulación mental. Actividades como el agility promueven la coordinación y la obediencia, mientras que el frisbee son ideales para razas de alta energía, favoreciendo la salud cardiovascular (Mehus-Roe, 2009). Las competencias de obediencia, además, refuerzan el vínculo entre tutor y perro mediante el refuerzo positivo y la disciplina estructurada.

Ejercicio en cachorros y perros con necesidades especiales

En el caso de cachorros, los ejercicios deben enfocarse en el desarrollo motor y la coordinación, evitando saltos o esfuerzos prolongados. El uso de dispositivos de fitness adecuados puede ser útil para introducir movimientos seguros y estructurados (Torraca & Mccormick, 2019).

Por otro lado, algunos perros —como los geriátricos o con patologías crónicas— requerirán actividades de menor intensidad. Adaptar el ejercicio a cada caso garantiza beneficios sin riesgo de lesión ni estrés físico excesivo (Byers et al., 2014).

Señales fisiológicas y seguridad

Durante la actividad, el tutor debe observar señales como jadeo excesivo, cambio en la mecánica de movimiento o apatía, que pueden indicar fatiga o malestar. En condiciones de calor o humedad, se debe extremar la precaución para evitar el golpe de calor, una emergencia que requiere atención inmediata.

Recomendaciones clave:

  • Evitar superficies abrasivas o calientes.
  • Hidratar con frecuencia y ofrecer pausas regulares.
  • Usar arneses ergonómicos en lugar de collares restrictivos.
  • Entrenar en horarios frescos (mañana o noche).

Conclusión

El ejercicio con perros debe ser individualizado, progresivo y multidimensional, combinando movimiento físico, estimulación cognitiva y vínculo emocional. Aplicar principios como FITT-VP y conocer las posibilidades que ofrecen los deportes caninos permite a los tutores diseñar rutinas equilibradas y seguras. La clave está en observar, adaptar y disfrutar del proceso conjunto.