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La enfermedad de ligamento cruzado craneal una de las causas más comunes de cojera de extremidad posterior en el perro. Esta rotura puede ser aguda de manera traumática o por degeneración progresiva, siendo esta la más frecuente; pudiendo resultar ambas en rotura completa o parcial.
La ruptura traumática aguda puede estar causada por una sobrecarga del ligamento ya sea por exceso de carga, hiperextensión traumática o excesiva rotación interna de la tibia. Es una lesión poco frecuente, sin embargo, cuando ocurre suele presentarse con dolor, efusión articular, cojera e inestabilidad de la rodilla.
En cuanto a la degeneración crónica del ligamento cruzado, pese a mucha investigación no se ha descubierto la causa y patogénesis de esta enfermedad tan común. Se ha demostrado con evaluaciones biomecánicas una disminución en las propiedades del ligamento con el envejecimiento. Algunos factores que pueden contribuir a esta rotura son una conformación y marcha anormales, un amento del ángulo de la meseta tibial, la obesidad y la falta de forma física. De manera sencilla, el ligamento es demasiado débil para soportar las fuerzas que se le aplican, o las fuerzas son mayores que la resistencia del ligamento, habiendo varios factores interrelacionados que contribuyen a la rotura del ligamento cruzado craneal.
Esta enfermedad afecta a una gran variedad de razas siendo el Rottweiler, el Terranova o el Staffordshire Terrier algunas de las más frecuentes. Las hembras tienen más probabilidades de padecerlo que los machos y los perros castrados que los perros enteros. Los perros de pequeño tamaño tienden a verse afectados más tarde que los perros grandes. La rotura del ligamento cruzado contralateral es bastante común, pudiendo llegar al 54% y suele ocurrir en un tiempo medio de dos años y medio.
En la exploración física podremos notar dolor en la flexión y extensión de la rodilla afectada con crepitación variable y un posible “chasquido” que puede estar asociado a rotura de menisco. Es frecuente que los perros se sienten con la extremidad afectada exteriorizada. También se realizan pruebas de inestabilidad, que dependerán de si la rotura del ligamento es total o parcial como son la prueba del cajón y de la compresión tibial.
Como pruebas de diagnóstico por imagen utilizamos la radiografía para evaluar la osteoartrosis, confirmar una patología de rodilla y descartar otras enfermedades.
Para los casos de rotura de ligamento cruzado craneal tanto si es total como parcial siempre es recomendable una intervención quirúrgica. Los procedimientos que se utilizan más frecuentemente consisten en una osteotomía de la tibia, lo que supone realizar un corte en la misma para disminuir el ángulo de la meseta tibial, que posteriormente se estabiliza con una placa metálica. Dentro de estas técnicas utilizamos la osteotomía en cuña de la tibia craneal (CTWO) que consiste en retirar un fragmento de hueso en forma de cuña; y la osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO) en la que realizamos un corte en la tibia de forma semicircular y rotamos la meseta tibial hasta el ángulo deseado.